Doma clásica de caballos

Uno de los animales más exuberantes que el hombre ha logrado domesticar es el caballo. Existen diversas propuestas para explicar el comienzo de este acontecimiento, sin embargo la más aceptada afirma que la domesticación del caballo ocurrió entre el año 4000 al 3500 a. C. en la región de Kazajistán; para este momento el caballo fue utilizado en el trabajo de campo y la guerra.

En la historia de esta última los caballos han tenido una participación notable, el impacto más claro se describe como la intervención de estos fuertes animales tirando de carros, y por supuesto, como parte de las tropas de elite de los ejércitos.

Desde muy temprano en la historia de las guerras los líderes y su guardia montaban caballos y a pesar de su alto costo, se formaban tropas, versátiles y capaces de derribar cualquier formación enemiga.

Más adelante en la historia, al comprender el potencial de estos animales a la hora de remontar batallas se idearon mejoras en sus armaduras y disposición, que variaron según los diferentes ejércitos.

En el tiempo de descanso, el hombre comenzó a utilizar al caballo en actividades recreativas, desarrollándose lo que conocemos hoy en día como los deportes ecuestres, aceptados internacionalmente, a tal punto que muchos de ellos se encuentran incluidos dentro de las disciplinas olímpicas, con reglamentos internacionales establecidos.

Dentro de estas disciplinas aceptadas por la Federación Ecuestre Internacional podemos mencionar a las especialidades olímpicas, como salto ecuestre, doma clásica y concurso completo de equitación; además de la doma paraecuestre, enduro ecuestre, campo a través y reining.

Por otra parte, existe un sinfín de variantes de estos deportes, cuyos reglamentos no necesariamente son internacionales, en este caso podemos mencionar algunos de los más populares como las carreras de galope, saltos largos y altos, pentatlón, polo, horseball, carreras de carros, coleo y rodeo.

Adicionalmente, también se usan a los caballos como herramientas en actividades de terapia y rehabilitación, práctica conocida como equinoterapia.

Dentro de las disciplinas que se acaban de mencionar, vale la pena detallar en la doma clásica. Muchas personas pueden confundir esta disciplina, pero se puede definir como el simple hecho de mejorar el movimiento natural del caballo, es decir que el jinete y su caballo se muestren como uno, explotando el potencial del hermoso movimiento de este animal.

El nombre de esta magnífica disciplina deriva del término francés que significa entrenamiento y su propósito es fortalecer y suavizar el caballo mientras se mantiene una actitud calmada y atenta.

Al analizar el comportamiento de los caballos, es posible afirmar que este modifica su caminata al poseer peso en sus espaldas. La doma clásica consiste en enseñar a los caballos a cargar más peso con sus patas traseras y aligerar el frente.

La mayoría de los caballos se ven como si estuvieran trotando al inicio del entrenamiento, la doma clásica anima al caballo a dar fuertes pasos ascendentes con rebote.

Todo el proceso de entrenamiento está diseñado para fortalecer gradualmente al caballo y a su jinete, logrando que sean capaces de realizar una variedad de movimientos que requieren un importante fuerzo físico y una buena asociación entre el caballo y su líder.

Para lograr esta relación perfecta, el jinete debe estar equilibrado y no depender de las riendas ni del agarre para obtener soporte. El jinete debe trabajar en su equilibrio sobre el asiento, asegurando que no está poniendo más peso de un lado o tiene una cadera más adelantada que la otra.

El jinete debe saber manejar sus brazos y manos, ya que no puede apoyarse en sus propias caderas o descansar sobre el caballo. La posición se logra gradualmente, manteniendo el objetivo principal de mantener las manos separadas del resto del cuerpo desde la etapa de principiante. Del mismo modo las piernas no deben apoyarse, sino abrazar al caballo.

El jinete debe asumir el rol de maestro y explicar suavemente lo que le es requerido, el caballo no debe confundirse, debe recibir instrucción de forma segura. Cuando se requiera de una ayuda, se utilizan leves toques eléctricos, lo cual debe ser reforzado con un toque suave de látigo si es ignorado.

A medida que el jinete progresa en las prioridades básicas, es decir, avance, ritmo, equilibrio y rectitud, puede comenzar a alentar al caballo a pisar más, pero el jinete debe estar seguro de que es liviano en la silla de montar, muy flexible en la parte inferior de la espalda y que tienen una mano ligera e independiente. El secreto es sostener las riendas como se sostiene la mano de un niño, con suavidad, pero con firmeza y seguridad.

La doma clásica de competición se juzga según los ritmos, el impulso, la sumisión y la efectividad del jinete sobre una serie de movimientos de prueba cuidadosamente preparados. Es la responsabilidad de los jueces guiar al jinete y explicarles si han consolidado su entrenamiento con los caballos.

Actualmente, la doma clásica competitiva implica superar niveles progresivamente difíciles, que van incorporando pruebas dentro de cada nivel. Cada prueba es una serie de movimientos que debe realizar el caballo y su jinete.

Cada movimiento es calificado por un juez en una escala de 0-10, aunque también pueden realizarse pruebas especiales para el estilo libre.

El objetivo de la doma clásica es desarrollar un caballo armonioso y fluido que se mueva a partir de señales casi imperceptibles del jinete. La condición física y mental del caballo se desarrollan, al igual que su capacidad de ejecución para que sea seguro, atento, entusiasta y flexible.

En la escuela hípica Sibaris es posible encontrar el personal capacitado, con gran experiencia al llevar de la mano a los interesados en aprender esta disciplina en particular, brindando las herramientas necesarias para que cada participante sea capaz de dominar las técnicas necesarias para realizar tan exquisito deporte.

Como se ha podido entender la doma clásica es una disciplina que requiere del entrenamiento y esfuerzo conjunto de jinete y caballo, logrando ser un equipo con lazos estrechos, que nos permite como espectadores maravillarnos con la grandiosidad de estos imponentes animales.